De Rusia para el mundo... para bien y para mal.
Haciendo un pequeño trabajo de lingüística investigué a dos pensadores de la primera mitad del siglo XX y me dí cuenta de que ellos, al plasmar sus ideas, sin querer, fueron en contra de todo lo establecido. Muchos de sus contemporáneos y hasta incluso sus propios colegas se burlaron de ellos, pero ésto no los derrumbó. No había arrogancia en sus mentes y por tanto su visión no se veía nublada.
Estos pensadores, quienes sufrieron de las dos guerras mundiales e incluso fueron perseguidos por ser judíos, hicieron grandes contribuciones a ésta ciencia y de ellos debemos aprender no sólo el hecho de esforzarse por lo que uno sueñe, sino que hay veces en las que todo va en contra de nuestro camino, y llegado a éste punto debemos reflexionar acerca de si lo que hacemos es lo correcto o no, cargar con la duda siempre y verificar no sólo la obra ajena, sino la propia primero para poder, de menos, acercarnos a la verdad.
Estos pensadores, quienes sufrieron de las dos guerras mundiales e incluso fueron perseguidos por ser judíos, hicieron grandes contribuciones a ésta ciencia y de ellos debemos aprender no sólo el hecho de esforzarse por lo que uno sueñe, sino que hay veces en las que todo va en contra de nuestro camino, y llegado a éste punto debemos reflexionar acerca de si lo que hacemos es lo correcto o no, cargar con la duda siempre y verificar no sólo la obra ajena, sino la propia primero para poder, de menos, acercarnos a la verdad.
Gracias a Nikolái Trubetskói y a uno de sus mejores amigos Roman Jakobson.
A partir de sus ideas, los lingüistas empezaron a pensar libres de arrogancia.
A partir de sus ideas, los lingüistas empezaron a pensar libres de arrogancia.
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